sábado, 14 de septiembre de 2013

Lecturas sábado 14 Septiembre 2013

sábado 14 Septiembre 2013

Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz

San Alberto Jerusalén

Leer el comentario del Evangelio por
San Bernardo de Claraval : “La gloria de la Cruz”

Números 21,4b-9.
Los israelitas partieron del monte Hor por el camino del Mar Rojo, para bordear el territorio de Edóm. Pero en el camino, el pueblo perdió la paciencia
y comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya estamos hartos de esta comida miserable!".
Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas.
El pueblo acudió a Moisés y le dijo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti. Intercede delante del Señor, para que aleje de nosotros esas serpientes". Moisés intercedió por el pueblo,
y el Señor le dijo: "Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará curado".
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente de bronce y quedaba curado.


Salmo 78(77),1-2.34-35.36-37.38.
Atiende, pueblo mío, a mi enseñanza,
toma en serio estas palabras de mi boca.
En parábolas voy a abrir mi boca,
evocaré los enigmas del pasado.

Cuando él los masacraba, lo buscaban,
se volvían y le hacían la corte;
se acordaban que Dios era su Roca
y el Dios altísimo, su redentor.

Pero todo se quedaba en palabras,
y con su lengua sólo le mentían;
pues su corazón no se dio a fondo,
ni tampoco tenían fe en su alianza.

El, empero, siempre bueno y compasivo,
perdonaba su culpa en vez de destruirlos,
¡cuántas veces no refrenó su cólera
en vez de desatar toda su ira!




Juan 3,13-17.
Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.
De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Bernardo de Claraval (1091-1153), cisterciense, abad, doctor de la Iglesia
Meditación sobre la Pasión VI, 13- 15.

“La gloria de la Cruz”

    Lejos de mí el pensar de gloriarme fuera de la cruz de mi Señor Jesucristo (Ga 6, 14). La cruz es tu gloria, la cruz es tu imperio. He aquí tu imperio sobre tus espaldas (Is 9,5). Quien lleva tu cruz, lleva tu gloria. Así la cruz, que causa miedo a los infieles, es para los fieles más hermosa que todos los árboles del paraíso. ¿Ha temido Cristo la cruz? ¿Y Pedro? ¿Y Andrés? Por el contrario, la han deseado. Cristo se ha alzado sobre ella como un valiente para recorrer su carrera (Sal 19,6): “He deseado ardientemente comer esta Pascua con vosotros antes de morir”(Lc 22,15). El ha comido la Pascua sufriendo su pasión, al pasar de este mundo a su Padre. Sobre la cruz el comió y bebió, el se embriagó y durmió...


    ¿Quién podrá desde ahora temer la  cruz? Temo, Señor, rodear el cielo y la tierra, el mar y las estepas, pero ¡jamás te encontraré sino en la cruz! Allí tu duermes, allí apacientas tu rebaño, allí tú reposas al mediodía (Ct 1,7). Sobre esta cruz quien está unido a su Señor cuenta con su dulzura: “Tú, Señor, escucho que me rodeas, tu levantas mi cabeza” (Sal 3, 4). No hay persona que te busque y no te encuentre, sino sobre la cruz. Oh cruz de gloria, enraízate en mi, para que yo pueda encontrarme en ti.

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